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19 No vaya a ser que levantes los ojos al cielo y, al ver el sol y la luna y las estrellas, y todas las huestes celestiales, sientas el impulso de inclinarte ante ellos y adorarlos. Todos ellos los ha concedido el Señor tu Dios a todos los pueblos debajo de los cielos; 20 en cambio, a ustedes el Señor los tomó y los sacó de Egipto, de ese horno de hierro, para que sean su propio(A) pueblo, como en efecto hoy lo son.

21 »Por culpa de ustedes el Señor se enojó contra mí, y juró que yo no cruzaría el Jordán ni entraría en la bella tierra que el Señor su Dios les da en propiedad.(B)

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